Pionero de la aviación, escritor y aventurero, Antoine de Saint-Exupéry (1900-1944) murió durante la Segunda Guerra Mundial, en un vuelo militar de reconocimiento frente a las costas de Provenza, el 31 de julio de 1944, cuando su aeroplano del Ejército de la Francia Libre fue abatido por un caza alemán.
“No se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos”, es una de las más célebres enseñanzas morales que el Principito transmite en el libro a su interlocutor: un piloto obligado a realizar un aterrizaje forzoso en el desierto del Sáhara, situación inspirada en una vivencia del propio autor narrada anteriormente en ‘Tierra de hombres’ (1939).
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